¿Vivir en un pueblo o vivir en la ciudad?

Vivir en un pueblo es una idea que se plantean muchas personas siendo una opción cuyo atractivo se ha incrementado en los últimos tiempos tras haber vivido situaciones como el confinamiento debido a la pandemia de Covid19, durante la cual, muchas personas llegaron a la conclusión de que vivir en un pueblo, con las condiciones que al espacio rural siempre se le han considerado propias, les hubiera hecho más llevadera esa situación. Otro motivo para hacer que haya aumentado el atractivo de la opción de trasladarse a vivir a un pueblo viene de que cada vez más Comunidades Autónomas hayan iniciado planes de recuperación de población de lo que se ha dado en llamar la España Vaciada. No obstante, antes de tomar una decisión de tal envergadura, es muy importante analizar detenidamente las ventajas y desventajas de vivir en un pueblo. Vamos a ver cuáles son las más destacadas.

Ventajas de vivir en un pueblo

Mayor calidad de vida.

Con la evolución de la sociedad, las personas hemos incorporado a nuestro vocabulario conceptos nuevos. Uno de esos conceptos es el de “calidad de vida”, entendida como las condiciones que se consideran como las mínimas admisibles para que una persona sienta que su vida es satisfactoria en todos los aspectos. Y, en este sentido, los pueblos siempre han ostentado el liderazgo. En un pueblo, no existen ni las prisas ni el estrés de las grandes ciudades, siendo esta la principal ventaja que destacan quienes se plantean irse a vivir a una zona rural. Se vive con tranquilidad y seguridad, y además todo es más cercano y accesible. Estos aspectos son fundamentales para las familias con niños.

Vida más saludable.

En los pueblos hay menos contaminación tanto por el bajo nivel tanto de tráfico como por la escasa industria. A ello se une el hecho de que la vida al aire libre y el contacto con la naturaleza es mayor y eso tiene efectos positivos en la salud, tanto física como emocional.

El dinero “vale más”.

En general, en las zonas rurales todo es más económico: la vivienda, alimentación, servicios, etc. Ello da como resultado que una persona tiene que trabajar menos para obtener las mismas cosas que en la ciudad; menos trabajo implica más tiempo libre para aquello que se desee, lo cual, a fin de cuentas, es un aspecto más de la ya mencionada calidad de vida.

Desventajas de vivir en un pueblo

Todo lo bueno tiene su parte menos positiva y, en este caso, no es diferente. La vida en el medio rural, tan tradicionalmente idílica, no está exenta de inconvenientes que pueden ser incompatibles con el día a día de algunas personas, por lo que conviene tenerlas en consideración.

Falta de servicios.

En los pueblos, la oferta de servicios en general es menor. De hecho, en algunas poblaciones, debido a su tamaño, servicios como médico, colegios o guarderías, estafeta o sucursales bancarias no están disponibles lo que supone tener que o bien esperar al día en el que quien presta esos servicios esté en el pueblo o desplazarse a otras poblaciones todos los días para ir a la escuela o al centro de salud.

Escasa oferta comercial.

En los pueblos funciona el comercio de proximidad, pero no hay la oferta comercial que puede encontrarse en una ciudad. Incluso, puede darse el caso de que no se disponga de productos que en la ciudad sean de lo más común.

Ocio.

Comparado con la ciudad, en la mayoría de los pueblos la oferta de ocio es escasa. Lo mismo se puede decir de la cultura. En los pueblos, la oferta cultural puede llegar a ser tan escasa que se dé el caso de que carezca de servicios tan básicos como una biblioteca.

Menos oportunidades laborales.

Vivir en un pueblo significa encontrar muy restringidas las oportunidades laborales. Al margen de las actividades propias de este tipo de entorno -agricultura, ganadería y, tal vez, industrias afines e estas actividades-, generalmente las oportunidades laborales en los pueblos son mucho más limitadas.

Problemas de comunicaciones en general.

Tanto en las comunicaciones convencionales –carretera, tren- como en las telecomunicaciones –telefonía, internet- muchos pueblos padecen un importante déficit lo que disuade a muchas personas de tomar la decisión de cambiar de escenario y trasladarse a vivir a un pueblo.

Iniciativas para vivir en un pueblo

Para ayudar a los potenciales nuevos vecinos, en los últimos tiempos se vienen poniendo en marcha iniciativas encaminadas a recuperar pueblos, atrayendo nueva población residente. Estas son algunas de ella:
  • Vente a vivir a un pueblo. Es una web con una base de datos de pueblos que ofrece información sobre ellos: situación, servicios sanitarios, educativos y deportivos, transportes, ayudas y subvenciones.
  • Volver al pueblo. Es un proyecto de Coceder (Confederación de Centros de Desarrollo Rural) que tiene como objetivo facilitar vivienda a los nuevos pobladores del medio rural. La mayoría de las casas se ofrecen en régimen de alquiler. La web pone en contacto a los propietarios de las casas con las personas que quieren vivir en un pueblo.
  • Proyecto Arraigo. Ayuda a las personas que quieren trasladarse de la ciudad a pequeños municipios de menos de 100 habitantes de Soria, Burgos y Madrid. El sitio web te ayuda a encontrar el lugar adecuado según tus motivaciones y las necesidades de los pueblos. Ofrecen casas particulares en alquiler con una permanencia mínima de un año.


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